Por Enrique Guillermo Avogadro
Ha pasado demasiado desapercibida la amenaza real que Cristina Fernández, utilizando a Graciana Peñafort como "chirolita", acaba de formular contra la Corte Suprema y la democracia en la Argentina. No deberían resultar gratuitos sus dichos -"Es la Corte Suprema quien tiene que decidir ahora si los argentinos vamos a escribir la historia con sangre o con razones. Porque la vamos a escribir igual"- y habría que explicar a estas señoras que, si buscan reeditar un pasado tan dramático como el de los 70's, el final será el mismo que tuvo aquél.