Con demoras, ineficiencia e ideología, el Estado renuncia a su indelegable función y promueve peligrosamente la puerta giratoria de la impunidad .Ni la posibilidad de que se instale en la Argentina una nueva ola de coronavirus, ni la inflación galopante, ni la corrupción impune, ni la pobreza creciente. Siete de cada diez argentinos están más preocupados por la inseguridad que por cualquier otra amenaza a su vida cotidiana, según encuestas divulgadas recientemente.