En el libro titulado El furor y el delirio, en la página 275, Jorge Masetti (agente de los servicios cubanos en la Argentina de 1970) escribe: “Por suerte no ganamos, porque hubiéramos matado a todos los militares”.
En el libro titulado El furor y el delirio, en la página 275, Jorge Masetti (agente de los servicios cubanos en la Argentina de 1970) escribe: “Por suerte no ganamos, porque hubiéramos matado a todos los militares”.
El dirigente gremial, que había sucedido a Augusto Vandor en la CGT, fue asesinado con 14 balazos el 27 de agosto de 1970; Rucci –la víctima siguiente- lo lloró en la despedida y la organización guerrillera se jactó del crimen.