Ni Justicia
por Enrique Guillermo Avogadro
La Argentina, que desde hace décadas vive un “subdesarrollo sustentable”, genial definición de Vicente Massot, está asistiendo a una marcada inclinación del ángulo de la pendiente por la que desliza hacia el abismo final. Si bien la casta política ha sido gran responsable de esa degradación institucional, la mayor cuota corresponde a la Justicia, cuyos miembros han tolerado que los virus de la corrupción y de la politización la enfermaran tan gravemente. Hay una vieja máxima republicana que reza: “con una Justicia eficiente, rápida e independiente, todo es posible; sin ella, nada lo será”; por haberla ignorado, así estamos.