Este 14 de febrero se cumplen 48 años del día en que nos internábamos en la selva tucumana de "La Florida", en columna de a uno, buscando una madriguera terrorista de la llamada "Compañía de Monte Ramón Rosa Giménez” del “Ejército Revolucionario del Pueblo” (ERP) para aniquilar su conformación en pos de "asegurar" la paz interior.

Estábamos allí en cumplimiento de una orden de la entonces presidente constitucional de la Nación, María Estela Martínez de Perón, emanada del Decreto “S” Nro. S 261 /1975, que en síntesis decía: “El Comando General del Ejército procederá a ejecutar las operaciones militares que sean necesarias a efectos de neutralizar y/o aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actúan en la provincia de Tucumán”.

Por eso, ese 14 de febrero, a las 7, dos fracciones del Equipo de Combate (EC) del Grupo de Artillería de Montaña 5 (GAM 5), bajo la supervisión del entonces mayor Julio Luis Teodomiro Bidone, 2do Jefe de la Fuerza de Tarea "Chañi" (era el 2do Jefe del GAM 5), iniciamos un reconocimiento ofensivo en el monte hacia el suroeste de la ciudad de Monteros atravesando la extensa y tupida selva de “La Florida”, hasta un lugar llamado “Las compuertas”, al sur del río Pueblo Viejo, punto que se alcanzó a las 16.

La marcha se realizó despacio y guardando mucho silencio, comidos por nubes de ávidos mosquitos y picados por un enjambre de avispas negras.

Aproximadamente una hora después, el EC inició el regreso por una senda diferente, bordeando el río Pueblo Viejo por su margen sur. A las 16.45 tomamos contacto con un grupo guerrillero, iniciándose un combate contra la vanguardia de un grupo de 20/30 subversivos que estaban vadeando el río, de norte a sur, a la altura de un puesto de la "Finca Sarmiento".

Nos encontramos casi sorpresivamente. Los guerrilleros chocaron con la punta de infantería del Equipo de Combate, hiriendo gravemente al entonces teniente Rodolfo Richter y cuando el otro oficial de especialidad comando, el teniente 1ro. Héctor Cáceres, acudió en su ayuda, recibió por la espalda un disparo de FAL que impactó en su corazón.

Se hacía el anochecer cuando se generalizó el combate en ambas orillas del río. El EC del GAM 5 persiguió al enemigo que huía, y contraatacó apoyado por helicópteros de Aviación de Ejército, logrando abatir a 2 guerrilleros e hiriendo a varios más.

El resto de los insurgentes, en la orilla opuesta, aprovechando la oscuridad, se dio a la fuga, posiblemente llevándose algunos terroristas muertos y heridos. En el contraataque resultaron también heridos el subteniente Daniel Arias y el cabo 1ro Ángel Orlando Orellana.

El GAM 5 tuvo así el honor de iniciar las acciones bélicas de la “Operación Independencia”, ofrendando a la Patria los primeros héroes y mártires del siglo XX y causando las primeras bajas al enemigo terrorista.

Después de su bautismo de fuego, la Fuerza de Tarea "Chañi" (RIM 20 y GAM5) cambió el nombre, pasando a denominarse Fuerza de Tarea "Capitán Cáceres" en homenaje al héroe muerto en combate, sepultado en la bandera celeste y blanca, con su gorra y sable de Oficial, ascendido posteriormente a capitán.

Del mismo modo, el Equipo de Combate GAM5 cambió su nombre por el de "Pueblo Viejo" para recordar el lugar del primer combate de la “Operación Independencia”.

Recuerden que ese 14 de febrero nos convertimos rápidamente en “infantería de monte”, sin olvidar nuestro origen de “artilleros de montaña”. Fue un rápido, costoso y doloroso aprendizaje en medio del combate.

Pese a la preocupación de ser reiterativo, les comento que aún hoy me sigue doliendo el recuerdo del momento en que, esa noche, después del combate, pasamos por los "Canchones" de Monteros donde se realizaban los bailes de Carnaval, también el día de los enamorados, y la gente bailaba entre risas, arrojando serpentinas y papel picado, mientras nosotros pasábamos en un silencioso y respetuoso homenaje a nuestros camaradas caídos unas horas antes, cuando nosotros "bailábamos otra música" y nos arrojaban, no papel picado, sino proyectiles de fusiles, escopetas, ametralladoras y granadas de mano.

Hoy observo con dolor que, 48 años después de nuestro bautismo de fuego, la Argentina sigue igual, insensible, individualista e incriminadora.

Ojalá este 14 de febrero, como el año pasado, los habitantes del pueblo tucumano de “Capitán Cáceres” (ex Yacuchina) rindan un justo homenaje al héroe de quien hoy llevan su nombre, héroe que murió como sólo lo pueden hacer los hombres valientes, dando la vida por el camarada herido.

Nuestro homenaje al heroico capitán Héctor Cáceres. Que este 14 de febrero todos los integrantes del Equipo de Combate hagamos “saludo uno” durante un minuto mientras toque “silencio” el clarín de los recuerdos de cada uno.

Nuestro eterno reconocimiento para los valerosos y sufridos teniente coronel (R) Rodolfo Richter, capitán (R) Daniel Arias y sargento 1º (R) Ángel Orlando Orellana.

Para nuestros tres heridos de combate, nuestro agradecimiento y reconocimiento. Agradecimiento, porque sus actitudes quedaron como ejemplo de ciudadanos responsables, íconos de la defensa de nuestro sistema Republicano, Representativo y Federal. Reconocimiento, porque son arquetipos de hombres leales al juramento que, algún 20 de junio, realizaron ante la bandera celeste y blanca de “defenderla hasta perder la vida”.

Mi afectuoso saludo a todos los suboficiales del Equipo de Combate que lucharon con patriotismo, lealtad y profesionalismo.

Al suboficial mayor (R) Carlos Pereyra, encargado del Equipo de Combate, mi reconocimiento por su abnegación y el cuidado que realizaba por la salud física y psíquica de todo el personal, incluidos oficiales, suboficiales y soldados, inculcándoles permanentemente su optimismo, fe y esperanza.

Un gran abrazo para el soldado “Bombolo” Ortiz, quien todos los años me llama por teléfono para esta fecha y que supo cobijar al herido subteniente Arias en el zanjón transformado en “lugar de reunión de heridos”.

También mi reconocimiento a todos los valerosos jóvenes soldados jujeños y salteños que combatieron ese día. Entonces tenían 20 o 21 años; hoy son dignos ciudadanos de la clase 66/67. De cada uno recuerdo su cara y su apellido. Con muchos de ellos aún mantengo contacto virtual, telefónico o personal. Gracias por el ejemplo que nos dieron. Gracias por haberse comportado como verdaderos soldados.

Una oración al cielo para el fallecido coronel Julio Bidone, quien se encontraba procesado y detenido en domicilio por uno de los tantos anticonstitucionales juicios por la “Operación Independencia”.

Mi reconocimiento a los actuales tenientes coroneles Aldo Héctor Martínez Segón y Horacio Marengo, quienes también, como yo, sufrimos el inconstitucional castigo de la prisión.

Me despido de todos los integrantes del "Equipo de Combate GAM 5" evocando y reiterando una frase que escribí en mi “camarote” de la prisión de Güemes (Salta) el 17 de agosto de 2015: "Con orgullo estoy dónde y cómo estoy, sólo por haber sido lo que fui, lo que soy y lo que siempre seré, un oficial del glorioso Ejército Argentino".

Sigamos llevando adelante la defensa de la Patria desde dónde y cómo cada uno de nosotros pueda.

¡Soldado, nunca te arrepientas ni pidas perdón por defender a la Patria!

Equipo de Combate GAM 5: ¡Firmes! ¡Subordinación y valor! ¡Viva la Patria!

Juan Carlos Jones Tamayo