La Armada Argentina había diseñado una agenda protocolar que incluía una ofrenda floral al monumento del General Don José de San Martín, un almuerzo con autoridades navales de ambos países y al menos dos visitas culturales de los futuros oficiales navales a distintos puntos de la principal ciudad portuaria de Chile.

Pero la agenda se canceló por la rigurosidad de las medidas ordenadas por el Ministerio de Salud de Chile, que sorprendieron al ministro de Defensa, Jorge Taiana, y al canciller Felipe Sola. “Esas medidas son imposibles de cumplir. Por lo tanto, nadie bajará ni subirá de la Fragata Libertad”, aseguró un vocero de la Casa Rosada en contacto permanente con Santiago de Chile.

En este contexto, la Fragata Libertad permanecerá en Valparaíso hasta el próximo 3 de setiembre. Y luego iniciará una travesía de más de un mes que incluirá diversas prácticas de navegación para posteriormente arribar al puerto peruano de El Callao donde el buque tendrá una activa participación en la revista naval y demás actos relacionados con el bicentenario naval del Perú.

El Gobierno argentino envió a la administración de Sebastián Piñera una carta oficial aceptando las nuevas instrucciones del Ministerio de Salud de Chile, pero en Balcarce 50 observaron con muchísima suspicacia las inesperadas formalidades sanitarias que se aplicaron al buque-escuela argentino en medio de la crisis diplomática causada por el avance chileno sobre territorio nacional.

Desde esta perspectiva, la tripulación de la Fragata Libertad permanecerá abordo y sólo se tomará contacto con la marina chilena para formalizar un intercambio de presentes y hacer tareas de reaprovisionamiento. Es decir: una mínima aproximación entre oficiales navales y después habrá una protocolo logístico para cargar alimentos y agua mineral antes de partir hacia Lima (Perú).