El fin de semana, el diario El Observador publicó las actas en las que se dejó constancia que la muerte de Roberto Gomensoro se trató de un homicidio y su cuerpo fue arrojado a un río, según el testimonio del teniente coronel José Nino Gavazzo, quien reveló detalles del crimen. A pesar de eso, el tribunal concluyó que sus actos no suponían una afrenta al honor.

El periódico afirmó que Vázquez quedó muy molesto por no haber sido advertido del contenido de las actas y la confesión de Gavazzo.

El jefe del Ejército, González, había sido nombrado en el cargo por Vázquez hace apenas diez días. El mandatario lo hizo habiendo tenido en su poder las actas del tribunal de honor militar en el que Gavazzo, un reconocido torturador durante la dictadura militar (1973-1985), admitió el año pasado que fue él quien se deshizo del cuerpo de Gomensoro, y las críticas al gobierno llueven de los cuatro costados por no haber derivado el texto a la Justicia ordinaria.

Incluso el fiscal de Corte (ministro de Justicia), Jorge Díaz, anunció en su cuenta de Twitter que envió a "la Fiscalía de 13 Turno, todos los antecedentes de fuente abierta sobre la omisión de denunciar los hechos y las circunstancias del homicidio de Roberto Gomensoro Josman, relatados al tribunal de Honor del Ejército por el reo José Gavazzo".

Vázquez dio el visto bueno al nombramiento de González como jefe del Ejército aunque el militar había integrado el tribunal de honor que juzgó la conducta de Gavazzo y no pasó los antecedentes a la Justicia. El presidente había cesado al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, precisamente por criticar a la Justicia ordinaria, según informó la propia Presidencia.

La situación supone un nuevo escándalo para Vázquez en su último año de gestión. El mandatario tuvo que ver renunciar a su vicepresidente Raúl Sendic en 2017, luego procesado por peculado y abuso de funciones.

Gomensoro es considerado el primer desaparecido durante la dictadura uruguaya.