Tal es lo que se desprende de dos textos publicados este fin de semana, uno por La Nación de Buenos Aires, con la firma de Carlos Pagni,  y otro por el influyente El Mundo, de Madrid. Ambos artículos se reproducen a continuación, haciendo la salvedad que el material de La Nación, transcripto de su edición digital, fue luego morigerado al volcárselo a la versión escrita. Saque cada uno sus conclusiones

Lo que publicó La Nación (versión digital del viernes 25 de mayo, atenuado luego en la versión impresa del sábado 26)

 

En la noche del miércoles 23 de mayo hubo una reunión en Olivos de la que participó Fulvio Pompeo, mano derecha de Marcos Peña para el área de Defensa, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich , el secretario de Seguridad Eugenio Burzaco y el ministro de Defensa Oscar Aguad . Se habló de modificar el decreto 727 de Nilda Garré , que establecía que las Fuerzas Armadas Argentinas (FAA) no pueden intervenir en temas de seguridad interior.

Hay una muralla china entre le mundo de Seguridad y el de Defensa. Hay quienes cuestionan esa división y la tildan de ridícula.

Están discutiendo la posibilidad de modificar este decreto, para que las Fuerzas Armadas puedan prestar servicios de seguridad y, de esa forma, que liberen gente de seguridad para su cometido.

La central Atucha, por ejemplo, custodiada por Gendarmería, liberaría a esos gendarmes y con gente del Ejército se le prestaría seguridad.

¿Es necesario que haya gendarmes en los puestos de frontera o podrían estar abocados a tareas de seguridad más activas y colocar allí militares?

Hay retracción entre la gente de jefatura de Gabinete, que parece comulgar con la ideología de Garré.

Frente a esto se observa: la prevención de un sector de las Fuerzas Armadas que no quiere convertirse en policía y, a su vez, el pensamiento de que si esa fuerza no tiene justificación, puede desaparecer.

Macri suele decir que tiene 80.000 hombres ociosos, que son las Fuerzas Armadas.

La Gendarmería y la Prefectura se preguntan si pasarán a depender del Ejército.

¿No será que el Gobierno está pensando en una mega recesión que implica reprimir más duramente? Honestamente no es eso lo que inspira al Gobierno, pero esta noticia de transferir personal militar para tareas de seguridad, en este contexto, luce como un Gobierno que se prepara para ser más duro.

Para el kirchnenrismo es la profecía autocumplida, la corroboración gozosa de sus presunciones.

¿Cuánto estas reformas tienen que ver con el ajuste fiscal? Nadie sabe a ciencia cierta por dónde va a pasar el ajuste, entre otras cosas porque es difícil pactar con los gobernadores lo que se consolidará en el Presupuesto.

Nicolás Dujovne debe llevarle a Christine Lagarde un programa de ajuste sobre gastos del Ejecutivo; ahí el foco en la Defensa debe ser importante, porque hay una cantidad de actividades que se mantienen ociosas, salen dinero y, al menos, se les daría una función que permita bajar algunos costos.

Lo que pasó en el otro lado del Atlántico, en la españolísima Logroño, reflejada en una descriptiva nota del diario El Mundo de Madrid, exime de cualquier otro comentario:

Y Logroño se volcó. Los riojanos arroparon a las Fuerzas Armadas en su día y en las calles se palpaba la celebración desde el inicio de la mañana. Todo el centro de la capital riojana estaba colapsado por miles de logroñeses que acudían a tomar posiciones para el desfile.

Sabían que el desfile presidido por los Reyes de España, Don Felipe y Doña Letizia, era un momento histórico y no se lo quisieron perder. La ciudad se había entregado a la celebración desde el anuncio de que había sido seleccionada por el Ministerio de Defensa para acoger el día grande de las Fuerzas Armadas.

Porque, además, como recordaban varios de los asistentes a EL MUNDO, la tradición militar y el apego a los uniformes en esta zona de la geografía española ha sido siempre muy importante. La actividad terrorista de ETA y los asesinatos de los uniformados provocaron que esa afinidad de los riojanos con los militares y, por extensión, con la Guardia Civil, no hiciera otra que aumentar.

Y las miles de personas que se concentraron en la calle General Vara del Rey se encargaron de recordarlo. Los vítores a los Reyes -que se sucedieron durante todo el desfile- sólo se quedaron en un pequeño gesto ante los aplausos y los vivas que los asistentes lanzaron a los militares en general y a la Guardia Civil en particular.

La Legión, con su paso diferente, una vez más fue de las más aplaudidas. Pero en este caso, una de las ovaciones más cerradas fue la dirigida a la Guardia Civil. "Si es que están aquí. Son los nuestros", recordaba un paisano sobre la presencia de la base de los GAR (que tuvieron un papel clave en el acorralamiento de ETA), en Logroño.

Todo funcionó como un reloj suizo. Se cumplieron horarios. Nada falló, ni siquiera el irregular tiempo de mayo, que acompañó en un desfile que, por sus condiciones físicas, permitió una enorme cercanía del público con las unidades que nunca se había producido hasta el momento.

La logística obligó a acuartelar a los militares que participaron en el desfile en la vecina localidad de Vitoria, en la base de Araca. Desde allí, a primera hora, partieron, escoltados por la Ertzaintza, los casi 3.000 integrantes de las diferentes unidades de los tres ejércitos y de la Guardia Civil que participaron en la parada.

Zaragoza fue la localidad desde la que partieron los cazas que sobrevolaron las arterias centrales de Logroño. Los helicópteros esperaban en la base riojana deAgoncillo. Con precisión milimétrica y puntualidad absoluta, las 54 aeronaves dieron inicio al desfile aéreo, con 24 cazas, 13 naves de transporte y 17 helicópteros.

En el desfile terrestre intervinieron 147 vehículos, incluidos los carros de combate más modernos del Ejército de Tierra, y 2.678 militares y guardias civiles que llevaron a cabo, ante un público entregado, el desfile del Día de las Fuerzas Armadas.

Un año más, uno de los momentos más intensos y emotivos de la jornada fue el homenaje a los Caídos. El Rey estuvo arropado durante ese momento por un grupo de soldados que han sido condecorados con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo por su participación en distintas acciones de guerra.

Esa escolta, junto a la participación en el desfile de agentes de la Gendarmeríafrancesa, como gesto por la colaboración francesa en la lucha contra ETA, se convirtieron en los dos gestos más distintivos de la jornada.

También estuvo muy presente el recuerdo a todas las misiones internacionales en las que está participando España: desde Irak a Afganistán pasando por Mali,República Centroafricana, Letonia o Somalia entre otros. Así, los más de 3.000 militares que están ahora mismo fuera de nuestras fronteras también tuvieron su recuerdo.

Los Reyes estuvieron acompañados de la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, y de la alcaldesa de Logroño, Cuca Gamarra. Junto a ellos, toda la cúpula militar. También acudieron, entre otras autoridades, el presidente de La Rioja, José Ignacio Ceniceros, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, y representantes de todos los partidos del arco parlamentario.

España, "lo que más nos une"

El Rey ha presidido este sábado la recepción en el Ayuntamiento de Logroño por el Día de las Fuerzas Armadas y ha pedido un brindis por los más de 120.000 militares que forman parte de los Ejércitos y la Armada, por todos los españoles y "por aquello que más nos une, por España".

Después de un multitudinario desfile por las calles de Logroño, los Reyes se han trasladado hasta la sede consistorial para presidir una recepción de unas 300 personas. Junto a ellos han estado la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general Fernando Alejandre, o la alcaldesa de la ciudad, Cuca Gamarra, entre otras autoridades civiles y militares.

Felipe VI ha señalado a las Fuerzas Armadas como "una parte fundamental" de la sociedad y ha celebrado que esta festividad abarque ya numerosas actividades además del desfile. En esta edición ha habido más de 400 actividades diseminadas por toda España para acercar la milicia a la ciudadanía.

Este aspecto ha sido también el destacado por la alcaldesa de Logroño, quien ha agradecido la confianza puesta en su ciudad para la celebración de este desfile y ha celebrado cómo se ha volcado la ciudadanía en todas las actividades que llevan realizándose durante la última semana.

Gamarra ha destacado en este punto la "lealtad" de Logroño "a la bandera, al Rey y a la nación española". "Gracias a las Fuerzas Armadas por defender la libertad y seguridad de los españoles, tanto dentro del territorio español como en muchos otros lugares del mundo", ha añadido.

La ministra de Defensa se ha limitado a pedir un brindis por el Rey, que ha subrayado que es "el primer español y el primer soldado" y ha enfatizado que "representa la unidad de la nación". Antes de la celebración del desfile, Cospedal ha explicado en una entrevista en TVE que el Día de las Fuerzas Armadas "sirve para acercar a todos los españoles lo que son y lo que hacen nuestros militares".