Un año después de su pase a retiro, el teniente general César Milani, que manejó la inteligencia militar durante el kirchnerismo y fue el hombre con más poder en las Fuerzas Armadas, no se conforma con los frutos de la empresa Tío Tola, la sociedad comercial que formó con Guillermo Moreno para probar suerte en el rubro gastronómico y uno de cuyos locales abrirá en breve en el centro comercial Paseo Mendoza, de Ingeniero Maschwitz.

Animado por su socio y ex secretario de Comercio, hoy Milani analiza la posibilidad de volcarse a la política y ser el año próximo candidato a diputado nacional.

"Si mide y da, ¿por qué no?", respondió un militar de su confianza, también retirado, cuando LA NACION le preguntó por los próximos pasos de Milani, que hoy pasa sus días en su casa de La Horqueta, donde mantiene buena relación con sus vecinos. "Moreno es el que lo entusiasma para que se lance a la política, lo impulsa para que camine y se presente en las elecciones", reveló una fuente cercana al militar.

El peronismo no le es ajeno al hombre que creció al calor del espionaje militar. Una unidad básica en Cosquín lleva su nombre -en realidad, en homenaje a su padre, César Milani- y el ex jefe militar, que durante su gestión alineó al Ejército con el proyecto nacional y popular del kirchnerismo y manejó un presupuesto de $ 600 millones para tareas de inteligencia, evalúa someterse al monitoreo de las encuestas.

Para su emprendimiento comercial, promocionado como una "fábrica de pancherías", Milani se asoció con Moreno y con el empresario Carlos Alberto Castelli, creador de las marcas Toda Moda e Isadora y uno de los que acompañaron al ex secretario de Comercio del kirchnerismo en la misión para promover la exportación de productos argentinos a Vietnam.

Si bien el último lunes de mayo asistió al acto oficial por el Día del Ejército, convirtiéndose en el centro de las miradas, Milani no mantiene hoy un contacto aceitado con los actuales jefes de la fuerza que hasta hace un año estaba a sus órdenes. Para elegir al nuevo jefe del Ejército, el presidente Mauricio Macri buceó en los legajos militares y pasó a retiro a 23 oficiales superiores antes de decidirse por el general Diego Suñer. Algunos, sin embargo, lo han visto en una residencia de fin de semana en Campo de Mayo.

"Quedó muy molesto con el documento del Gobierno que analiza el estado del Estado y plantea un desorden en el área de Defensa", confió una fuente castrense, al revelar que el propio militar intentó sin suerte gestionar una entrevista en C5N, una de las señales que conservan fuerte simpatía con el kirchnerismo.

El informe de la Presidencia señala que en diciembre de 2015 el Estado argentino "no sabía ni cuántas armas tenía, ni dónde estaban, ni quién las tenía". También advierte que "el personal civil de inteligencia militar se multiplicó por cuatro, sin que quedaran precisiones sobre las funciones de estas personas", lo que irritó al ex jefe del Ejército, según reveló a LA NACION su ex compañero de armas.

Egresado de la promoción 106 del Colegio Militar, Milani tiene 62 años y en 2007, durante la gestión de Nilda Garré en el Ministerio de Defensa, accedió al control del área de Inteligencia del Ejército, desde donde construyó un creciente poder, que lo llevó en 2013 a la jefatura de la fuerza. Atravesó con éxito los sucesivos ascensos con acuerdo del Senado, pese a las denuncias que lo involucran en la desaparición del soldado Alberto Ledo, que estaba bajo sus órdenes en Tucumán, durante el Operativo Independencia, en 1976. Reactivada hace unos años, esa causa podría ser el principal obstáculo para sus aspiraciones políticas, aunque gente de su entorno aseguró que "confía plenamente en sus abogados". Días atrás, Milani cambió su abogado en la causa. Descartó al defensor oficial Adolfo Bertini y contrató al abogado rosarino Gustavo Feldman.

 

La causa Ledo marcha con avances y tropiezos en Tucumán. A pesar de que el fiscal Gustavo Gómez pidió insistentemente que Milani fuera citado a declarar, el juez Daniel Bejas no aprobó aún el requerimiento. A esa causa se suman otra por enriquecimiento ilícito, en el juzgado de Daniel Rafecas, y un pedido de la Justicia para que se presente a declarar en el expediente por la desaparición del militante peronista Gustavo Carlos Cortiñas, hijo de la titular de las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Nora Cortiñas, secuestrado en abril de 1977.

 

Más allá de lo político, el ex jefe militar se siente perjudicado directamente por la gestión de Macri. Sus dos hijas María Julieta del Milagro y Ana Verónica del Carmen, que trabajaban en el Ministerio de Seguridad, fueron cesanteadas por Patricia Bullrich. También su hijo César trabajaba en la Subsecretaría de Coordinación Administrativa del Ministerio de Defensa, pero dejó su cargo durante la gestión de Agustín Rossi.

 

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