Ahora solo falta que el Ministerio de Economía apruebe el financiamiento provisto por la agencia de financiamiento de exportaciones de Italia, SACE, lo cual se espera que tenga lugar en estos días.
De esta manera culmina el proceso de selección que ya había dado un paso importante el 22 de septiembre de 2023 cuando se firmó una carta de intención por ocho AW109SP nuevos. Debido a la disponibilidad presupuestaria, la Armada pidió reducir la cantidad de ocho a cuatro, aunque se mantiene la idea de adquirir los otros cuatro en un futuro próximo, ya que es la cantidad que la fuerza consideró necesaria para operar de manera eficiente protegiendo los espacios marítimos y la vida en el mar.
El proceso de compra implicó un importante esfuerzo por parte de la Armada Argentina y el Ministerio de Defensa para poder hacer frente a una importante necesidad de la fuerza en tiempos de recursos escasos, priorizando la visión a largo plazo para reequipar a las fuerzas, habiendo logrado en esta negociación obtener un simulador que será fundamental para entrenar a los futuros pilotos con menores costos. La entrega de un lote de repuestos y el soporte incluido en el contrato garantiza la operación por un buen período de tiempo.
Además, hubo un importante apoyo de las instituciones del gobierno italiano, a través de su Ministerio de Defensa y la embajada en Buenos Aires, que también hicieron un esfuerzo para hacer posible una financiación muy beneficiosa para la Argentina. En este punto, la financiación ofrecida por SACE es con dos años de gracia y luego ocho años de pagos, con una baja tasa de interés, aunque los términos finales serán negociados entre SACE y el Ministerio de Economía de Argentina.
El AW109SP fue elegido frente a la oferta por Airbus AS365N3 de segunda mano, entre otras razones porque se trata de máquinas nuevas y de un modelo que sigue en producción, lo que asegura un soporte logístico a largo plazo, así como la posibilidad de ampliar la flota en el futuro.
Leonardo Helicopters se comprometió a la entrega de dos aparatos en un plazo de un año a año y medio, con una configuración intermedia con parte de los equipos solicitados por la Argentina, de manera que la fuerza inicie rápidamente la transición y la formación de personal, los cuales serían seguidos por los otros dos, ya con los distintos sistemas operacionales requeridos por la Armada Argentina. Posteriormente, los dos ejemplares iniciales podían ser llevados a dicha configuración.
La configuración de los helicópteros incluye un radar de búsqueda Telephonics RDR-1700A de banda X con un alcance de hasta 160 millas náuticas, el cual puede seguir hasta 20 contactos y detectar embarcaciones muy pequeñas. Además, permite no solo calcular la distancia y rumbo relativo a la aeronave, sino entre distintos contactos, así como interactuar con los sistemas de navegación de la aeronave para presentar no solo los contactos, sino también patrones de búsqueda, waypoints e información del vuelo.
También poseerán sistemas de navegación y aviónica avanzados, capacidad para operar con visores nocturnos, sistema de transmisión de video para enviar a tierra o el buque las imágenes captadas por la aeronave, sistemas de flotación de emergencia, grúa de rescate, faro de búsqueda Trakkabeam A800, torreta giroestabilizada de sensores Teledyne FLIR UltraForce 350 HD con una consola para el operador en la cabina trasera.
La torreta giroestabilizada de sensores UltraForce 350 HD puede ser equipada con cámara diurna con zoom de hasta 20x y térmica, así como punteros o telémetros láser, que le permiten visualizar tanto embarcaciones como cualquier objeto en el agua, tanto de día como de noche, siendo muy útiles en tareas de patrullaje e interdicción, pero esenciales en casos de rescates, al igual que el faro de búsqueda.
Con este equipamiento, los helicópteros podrán extender significativamente la capacidad de vigilancia de los patrulleros oceánicos, combatiendo actividades ilícitas, salvando vidas en el mar y realizando patrullaje.
En operaciones de guerra, los helicópteros ligeros pueden realizar la detección de blancos más allá del horizonte, transmitiendo la información a los buques de superficie para el lanzamiento de sus misiles, o guiando el fuego naval contra blancos en tierra.
El helicóptero, además, al poder desplegarse desde el buque a gran velocidad, facilita la detección de embarcaciones rápidas y alcanzarlas, lo cual no pueden hacer un OPV ni, en la mayoría de los casos, las lanchas interceptoras.
En el combate de la pesca ilegal, el helicóptero también tiene, gracias a su velocidad y la posibilidad de ir a gran altura, la capacidad de ampliar enormemente el área de patrulla del OPV, pasando del radio que pueden alcanzar los sensores de a bordo del buque (hasta la línea del horizonte para embarcaciones de superficie), al radio comprendido por el alcance del helicóptero y sus propios sensores. En el caso del AW109, en una misión típica de este tipo, el helicóptero puede operar hasta a 110 millas náuticas del buque (unos 200 kilómetros) a una velocidad de crucero de 135 nudos o patrullar durante 1:15 horas hasta una distancia de 50 millas del buque.