Publicado por www.lanacion.com.ar
Aun año del secuestro en Venezuela del cabo primero Nahuel Gallo por parte del régimen dictatorial de Nicolás Maduro, el pasado 8 de diciembre el gobierno argentino renovó el reclamo por su liberación y expresó el más “enérgico rechazo a este hecho injusto e incompatible con el derecho internacional”.
El gendarme había sido detenido ilegalmente cuando intentaba ingresar al país por la frontera terrestre con Colombia para visitar a su esposa y su hijo y, desde entonces, está sin “garantías judiciales ni acceso de sus familiares”. Fue acusado por el temible ministro de Relaciones Exteriores, Diosdado Cabello, de ser espía y terrorista, aunque había viajado con sus papeles en regla. El propio Maduro se refirió al caso y dijo que el gendarme argentino llegaba a Venezuela “con planes específicos para intentar atentar contra Delcy [Rodríguez, vicepresidenta de Venezuela]”.
Los ministerios de Relaciones Exteriores y de Seguridad de nuestro país participaron de la redacción del comunicado para denunciar la detención arbitraria e injustificada del gendarme argentino. “En este marco, la República Argentina ha reclamado en distintos foros internacionales y ha denunciado a los responsables ante los organismos internacionales competentes, así como coordinado múltiples esfuerzos diplomáticos para lograr su liberación”, plantearon. Mencionaron asimismo la solicitud de medidas cautelares presentada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y ante la Corte Penal Internacional (CPI) por detención arbitraria y desaparición forzada y ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas por constituir una violación flagrante de los derechos humanos de Nahuel Gallo. En septiembre, Naciones Unidas había denunciado su “detención arbitraria” junto a la de otros presos políticos extranjeros en Venezuela.
María Alexandra Gómez, pareja de Gallo y madre de Víctor, su hijo de casi 3 años, ambos extraídos de Venezuela en un exitoso operativo a fines del 2024, subrayó que “Nahuel no está preso ni está detenido”, sino que “está en una desaparición forzada y eso es un crimen de lesa humanidad”.
Gracias a las gestiones internacionales realizadas, el 24 de octubre pasado fue liberado Iván Colmenares, un joven colombiano que compartió celda con Gallo en El Rodeo. Su relato sobre las condiciones extremas de un año en el encierro llegaron así a la familia del gendarme, que solo había recibido imágenes del argentino en prisión correspondientes a enero pasado. Nadie sabe cuándo podrá salir. Hay personas que llevan siete años detenidas, sin juicio ni sujeción al derecho, según denunció el abogado de Colmenares.
Mientras la Cancillería argentina continúa pidiendo por la vía diplomática la liberación de Gallo, hace unos días, antes de dejar su cargo como ministra de Seguridad, consultada sobre la cuestión, la senadora Patricia Bullrich había afirmado: “No podemos dar detalles, pero lo vamos a traer”. Hacemos votos para que así sea.