La Justicia federal reconoció el "daño moral" y ordenó a la Armada y al Estado nacional indemnizar al capitán de fragata Marcelo Toulemonde, sancionado, perseguido por autoridades navales y de Defensa en los años K y finalmente pasado a retiro obligatorio en 2012, a partir de que su esposa gritara en un acto encabezado por Cristina Kirchner.