Fue por su voto contrario a la derogación de la ley de amnistía en el vecino país

 

BAHIA BLANCA.  En su página editorial, el diario La Nueva Provincia de esta ciudad saludó la actitud del ex guerrillero tupamaro uruguayo Eleuterio Fernández Huidobro quién se reveló contra sus pares senadores del Frente Amplio por votar la anulación de la ley de amnistía y calificó de “atropello” la decisión de esos legisladores por desconocer dos pronunciamientos en contrario de millones de sus compatriotas.

La nota del rotativo bahiense, publicada el 17-04-2011 expresa:

En su momento, hace muchísimos años, Eleuterio Fernández Huidobro llegó a la dramática conclusión de que defender a sus ideales políticos con las armas era la única opción válida en su patria uruguaya, a la que creyó ver jaqueada sin remedio por la trampa y la mentira.

     Puesto que era, a su modo, un hombre cabal y no sabía vivir postizamente, pasó a la clandestinidad junto con otros miles de jóvenes. Se hizo tupamaro. Vivió en las sombras. Habrá matado y habrá, también, estado muchas veces a punto de morir.

 

     El y sus camaradas perdieron aquella guerra. Pero una peculiar alquimia sociológica y mediática les pone hoy a un tris de poder juzgar, y eventualmente condenar y encarcelar, a quienes hace tres décadas y media les derrotaron.

     En dos plebiscitos anteriores, el pueblo uruguayo se pronunció por no remover aquellas heridas y tender sobre tanto dolor la suma piedad del perdón mutuo. Como el Senado uruguayo acaba de disponer lo contrario, anulando la vigente amnistía, Fernández Huidobro renunció a su banca legislativa en señal de protesta, argumentando que, en todo caso, cuanto correspondía era substanciar otro plebiscito.

     Lo que él juzgo inadmisible es que 16 senadores anularan la voluntad, expresada en las urnas, de la mayoría de los uruguayos. El gesto de Fernández Huidobro es el de un hombre de bien y está más allá de las ideologías. El atropello de los 16 senadores del Frente Amplio lo es a la democracia y pone de manifiesto el doble discurso de las izquierdas: cuando están en el llano viven hablando de la voluntad popular; cuando llegan al gobierno no tienen empacho en pasarla por encima. Para ellos, 16 votos valen más que millones.