De acuerdo a fuentes con acceso a la investigación, en la ruta 23, a la altura del paraje Pilo Lil, 40 kilómetros al noroeste de Junín de los Andes, donde Aigo fue asesinado de dos tiros, se secuestraron tres mochilas. En ellas había documentación de viaje a nombre del ciudadano chileno Alexis Cortez Torres.

Una comunicación de Carabineros de Chile determinó que Cortez Torres está vinculado a grupos anarquistas que apoyaban al Movimiento Lautaro, de oposición a la dictadura de Augusto Pinochet, y que, recientemente, participaron de diversos atentados explosivos tanto en Santiago de Chile como en Buenos Aires y en Neuquén.

Los investigadores sospechan que el otro prófugo podría ser Carlos Gutiérrez Quiduleo, otro lautarista buscado desde hace años por la policía chilena y cuya última pista sería Bariloche.

En cuanto al hijo del intendente Fernández, el fiscal quiere determinar si en rigor de verdad  se dedicaba a pasar a personas clandestinamente de Chile hacia la Argentina y viceversa a través del paso Quillén.

Fernández conducía la camioneta Mitsubishi blanca desde donde le dispararon a Aigo, que era padre dos chicos. El hijo del intendente fue detenido en el lugar, pero las dos personas que lo acompañaban dispararon 13 tiros y escaparon después de asesinar al uniformado.

"No estamos de acuerdo con la liberación [de Fernández], hubiésemos preferido que siga demorado e imputado", dijo el fiscal de Cámara Fernando Rubio, citado por el corresponal en Bariloche del diario La Nación, Carlos Vergara. La decisión del juez Javier Cosentino de liberar a Fernández causó un profundo malestar entre familiares de la víctima. Aldo Aigo, hermano del policía asesinado, afirmó estar "muy golpeado" por el crimen. "Fue mucho más duro conocer la noticia de que liberaron al hijo del intendente", dijo La Nación..