El tema se judicializó cuando un fallo de la Corte Suprema de Justicia le dio la razón a un suboficial de la Armada quien, como mecánico de la aviación naval, prestaba servicios en una base de Río Grande en plena guerra.

El suboficial alegó que había sido quitado de su emplazamiento natural y, bajo condiciones de guerra, trasladado a la base desde donde despegaban los cazabombarderos que combatían a la flota británica y que eran potencial blanco de comandos ingleses que procuraban neutralizar esos ataques.
Los ex combatientes conscriptos, que fueron llamados a filas en esa época y en algunos casos desplazados a la Patagonia, pero sin cruzar a Malvinas, reclaman ese mismo temperamento de jurisprudencia.

Pero el Ministerio de Defensa ha insistido en que solo reconoce categoría de ex  combatientes a quienes, de acuerdo a los listados oficiales, incluso los de la Cruz Roja tomados minuciosamente cuando todos ellos estaban prisioneros, son los únicos elementos válidos para la otorgación de los subsidios.