Hemos intentado efectuar este reclamo por las vías de comunicación oficiales del Ejército Argentino, al cuál pertenecemos, respetamos e intentamos honrar con  nuestra labor diaria, y la respuesta que recibimos fue una negativa rotunda sumada a  amenazas de despido; ya que cualquier reclamo fuera de las inconducentes vías  burocráticas habituales es motivo de desvinculación inmediata para cualquiera de  nosotros. Nos encontramos atrapados en una realidad en la que no podemos  defendernos. 

Actualmente, el sueldo correspondiente al mes de enero para los residentes de  1er año ronda los $82.000 y para un residente del último año está en torno a los  $119.000, con el agravante de que un 20% de lo que percibimos se encuentra  fragmentado en “suplementos” que no forman parte del haber básico, por lo tanto, no  será tomado como aportes ni será tenido en cuenta para aguinaldos. 

A la fecha, la canasta básica según INDEC, es de $153.000; notoriamente nos  encontramos por debajo de esos valores, por lo que el salario nos resulta insuficiente  para afrontar un alquiler, alimentos y gastos básicos de cualquier individuo o familia. 

Pedimos un salario acorde a las tareas desempeñadas y para las cuales nos  preparamos y que tanta responsabilidad implican, para alcanzar una remuneración justa, equitativa y digna. 

Estamos desesperados. Amamos nuestra profesión, pero nos hallamos  oprimidos e imposibilitados para subsistir. Necesitamos que sea pública nuestra  situación, que se conozcan las condiciones de insolvencia económica y destrato con las  que luchamos todos los días. 

Apelamos a que la situación se regularice en lo inmediato o de otro modo y por  todo lo previamente mencionado nos veremos obligados a cesar nuestra actividad  asistencial en el hospital y a realizar paro a partir de la fecha 06 de febrero de 2023, hasta obtener una respuesta satisfactoria. 

N de la R: texto distribuido por los profesionales residentes del H.M.C.