Uno de los casos denunciados es el del ex militante de ERP, Olegario Natividad Chamorro, fallecido este año quien nunca estuvo ni detenido ni exiliado. Esta circunstancia consta en publicaciones de la organización y además se conoce por el testimonio de sus familiares. Sin embargo, pese a haber desplegado una actividad militante revolucionaria pública en los años de la última dictadura cobró del Estado argentino una suma que a valores de hoy equivale a 39 millones de pesos.

 

 

Osvaldo, el hijo de Olegario Chamorro, el 5 de marzo de este año escribió en su muro de Facebook: “Hoy, jueves 3 de marzo de 2022, recibimos y comunicamos la triste noticia del fallecimiento de nuestro entrañable compañero Olegario Chamorro, ‘El Negro Antonio’ en la lucha clandestina. Militante del PRT, combatiente del ERP. Internacionalista que luchó en Argentina, Nicaragua, Guatemala y Paraguay y estudió en la Escuela del Partido Comunista de Cuba.

 

Sostuvo la última guerrilla argentina en la provincia de Salta. Realizó las finanzas con las que se fundó el diario Página 12 y actualmente dirigía el movimiento piquetero ‘19 de diciembre’.”

 

Por otro lado, también hizo una semblanza de Olegario Chamorro en sus redes sociales, Daniel de Santis, ex guerrillero y dirigente del Partido Revolucionario de los Trabajadores - Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP). De Santis estudió marxismo en la escuela del Partido Comunista de Cuba en 1978 y en 1979 fue enviado a Nicaragua para colaborar con la Revolución Sandinista. Entre otras actividades, de Santis fue el organizador y el instructor de las Milicias Sandinistas.

 

En un reciente posteo que hizo en su cuenta de Facebook, Daniel de Santis escribió sobre Olegario Chamorro, su compañero de militancia guerrillera: “El 3 de marzo de 2022, a los 77 años se nos fue Olegario Natividad Chamorro, ‘El Negro Antonio’ en la clandestinidad. ¡Cuánto para decir entrañable compañero Olegario! (...)

 

De los diez hermanos y hermanas casi todos fueron militantes del PRT y, una curiosidad de esta Argentina mestiza, profunda, ninguno fue peronista y si todos marxistas leninistas. Juan, el trosco, el intelectual entre los hermanos, era hombre de ir al frente con el 38 en la cintura, pícaro entre los pícaros en eso de esquivarle a la represión, pudo sobrevivir a la dictadura, o como su madre Guillermina protegiendo y orientando a sus hijos para que se alzaran a tiempo. Cuando las caídas de mayo del 77 que terminaron con la estructura nacional del PRT, le exigió a Olegario que se fuera de la casa en que vivía, y los milicos llegaron tarde, al otro día. Ninguno de ellos fue detenido desaparecido.

 

(...) Olegario, saliste del país a mediados del 77, salías y entrabas. Estabas orgulloso porque lo tuyo nunca se convirtió en exilio. En 1978 fuimos juntos a la Tierra de Fidel a estudiar en la escuela del PC de Cuba, y vaya si aprendiste el marxismo y el leninismo. (...) Después, allí y durante nueve meses hicimos juntos la escuela militar. Eras un militante completo, de masas y militar. Así fuiste a la Nicaragua Sandinista en 1979, y como hablabas guaraní hiciste tu contribución en el Paraguay de Stroessner por lo de Somoza, en 1980. Cumpliendo el proyecto encabezado por Enrique Gorriarán fuiste a la provincia de Salta en 1981, en etapa exploratoria de la futura guerrilla. (...) La guerrilla se levantó sin ser detectada luego de la Guerra de Malvinas en 1982 y, ya que te quedaba cerca, en Argentina reclutaste un par de viejos militantes y todos juntos durante un año (1982/1983) se fueron a combatir en la selva en Guatemala. De regreso, no fuiste ajeno a la recuperación de las finanzas para poner en pie el Diario Página 12. En los 90, y después, participaste en innumerables iniciativas políticas intentando incansable la reorganización de las fuerzas revolucionarias. Pateamos juntos los últimos 15 años y vos siempre junto al sector más postergado, con los más necesitados, en las tomas de tierras como en el barrio Tongui en Lomas de Zamora o en Esteban Echeverría y tantas otras, movilizando semana a semana para la subsistencia y para fortalecer la organización. Lideraste el Movimiento Piquetero 19 de Diciembre que hoy te despide como su líder y jefe: ¡¡Olegario Chamorro, hasta la victoria siempre!! Tu compañero, Daniel De Santis.”

 

Es decir, Olegario Chamorro o “el Negro Antonio” -según su nombre de guerra- nunca estuvo detenido, ni exiliado sino, por el contrario, entró y salió de la Argentina sin inconvenientes en los años 70 y paseó su militancia revolucionaria por varios países de América. Sin embargo, en 2012 inició el trámite para cobrar previsto por una de las llamadas “leyes reparatorias” para detenidos y exiliados. Ese trámite se resolvió favorablemente para “el Negro Antonio” que cobró en noviembre de 2015, durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, una suma que actualizada equivale a $ 39.078.584.

 

Otro caso denunciado es el de Guillermo Marcelo Fernández, militante de la Unión de Estudiantes Secundarios quien fue secuestrado el 20 de octubre de 1977 a las 3 de la mañana en la localidad bonaerense de Morón. Estuvo en cautiverio en la Mansión Seré donde fue torturado. De ese lugar escapó junto con otros tres secuestrados. Se exilió en Francia, se estableció en la ciudad de Montpellier donde trabajó como titiritero y actor. Fernández estuvo 155 días detenido y 2190 días exiliado. Según las leyes reparatorias debería haber cobrado, a valor actual, 10 millones 300 mil pesos. Sin embargo, Guillermo Fernández cobró tres veces la indemnización: en julio de 1999, con el mismo número de expediente volvió a cobrar en febrero de 2007 y con otro expediente que inició en la Secretaría de Derechos Humanos volvió a cobrar en julio de 2015.

 

Sumadas las tres indemnizaciones, Guillermo Marcelo Fernández cobró una suma actualizada de $ 38.306.366,29.

 

La denuncia es por los delitos de defraudación a la administración pública e incumplimiento de los deberes de funcionario público, conductas típicas en las que habrían participado los funcionarios públicos administradores de los recursos en su condición de autores, cómplices o instigadores de las maniobras delictivas, así como los particulares beneficiados.