Corro hacia él, quería incorporarse pero no podía. Lo tomé con un brazo sobre mi hombro y empezamos a caminar mientras el fuego enemigo seguía y era infernal. A los pocos segundos, me dijo que tenía sueño. Se me hacía cada vez más pesado su cuerpo y noté que se aflojaba, que se estaba durmiendo. Sin embargo, no quería soltar su fusil. Me costaba cada vez más llevarlo. Llegó un momento que lo tuve que arrastrar de los pies. Veía los proyectiles trazadores como una lluvia horizontal. Todavía no sé cómo salí con vida. No sentía las piernas, no sabía si estaba herido. Acosta se desangraba, seguí arrastrándolo. En ese instante cayó un proyectil de mortero a unos pocos metros a mi espalda y por la explosión, su cuerpo cayó sobre el mío. A partir de ese momento ya no reaccionó. Le hablé, lo golpeé de desesperación, le grité, intenté revivirlo. Nada. Estaba muerto. Media hora después, el fuego cesó. Acosta, nuestro hombre ejemplar, otro más había ofrendado su vida. Pocos días antes se había jugado por salvar a los nuestros en el helicóptero que explotó. Había quedado lesionado, pero no se quejaba. Hasta que le tocó el combate que relato. No puedo olvidar, se estaba muriendo y no quería soltar su fusil. Por eso la muerte de Acosta, un hombre de combate, un experto, un valeroso soldado, un auténtico Gendarme, es la muerte de un héroe. Yo lo arrastré entre las piedras de Malvinas y no pude, no pude llevarlo más arriba. Ahora pienso que morir allí fue un honor y que lo tenía merecido”

Por esta acción de guerra, el 10 de junio se conmemora el “Día del Camarada Gendarme”. Se trata de un hecho acreditado, donde en esa fecha un oficial sin medir los riesgos, cargó sobre sus hombros a un suboficial herido para alejarlo del fuego enemigo. ¡Fue un genuino y fraterno acto amor por un compañero en combate! La más pura estirpe de gendarme se evidenció en ese momento en forma natural, espontánea y absoluta. No existe en la historia de ninguna de las FF AA un hecho como este y no debería ser cubierto por las arenas del tiempo. A pesar del tiempo transcurrido, aún el “Día del Camarada Gendarme” no fue oficializado por la GNA, pero desde hace años existe un fuerte clamor para que este genuino hecho de guerra lo sea, pues se amalgamaron; el valor en combate con la camaradería entre un oficial con un suboficial. Los argumentos están claramente expuestos. ¡Gloria y honor para aquellos que murieron sin soltar el fusil…!

 

Comandante (R) D Walter A. Martínez