En una de las habituales reuniones que el ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, mantenía -en aquellos agitados días previos a la Semana Santa de 1987 -con los comandantes de los cuerpos del Ejército, el general Gorleri advirtió al ministro que no podría continuar en su cargo si la justicia civil citaba a algunos de sus subordinados: `No puedo aceptar que los oficiales acusados o condenados hayan cometido delitos contra la humanidad por combatir y vencer en una lucha que fue una causa justa para el Ejército argentino".

El ministro Jaunarena no reaccionó en ese momento, pero horas después citó al general Gorleri en su despacho y le solicitó su pase a la situación de retiro. Horas después, en la toma de posesión del nuevo jefe del Segundo Cuerpo de Ejército, general Emesto Alais, el jefe de Estado Mayor, Héctor Ríos Ereñú, aseguró que "la actitud de Gorleri fue leal y sincera al expresar con anticipación su incapacidad.de ejercer el mando en el caso de que se produzca alguna detención del personal a su cargo".