La polémica se generó por la eliminación de los tuits con que el Ejército recordó el sábado último al subteniente Rodolfo Berdina y al soldado conscripto Ismael Maldonado, quienes "ofrendaron sus vidas en cumplimiento del deber militar en el Combate del Potrero Negro, provincia de Tucumán". Ambos murieron como resultado de en una emboscada del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el 5 de septiembre de 1975, durante el gobierno de María Estela Martínez de Perón.

Tras la orden del ministro Rossi, el general Cejas dio marcha atrás y ayer borró el tuit, con la siguiente explicación. "El Ejército Argentino ha decidido retirar un tweet que ha ofendido a ciudadanos argentinos. La única intención del mismo fue recordar a dos soldados muertos".

El propio Cejas participó ayer (por el lunes 07 sept) con apenas seis personas -en virtud de las restricciones por el Covid-19- de un acto de homenaje al segundo jefe del Regimiento de Infantería 1 Patricios, teniente coronel Juan Duarte Ardoy, muerto en el ataque al Comando de Sanidad, perpetrado por el ERP el 6 de septiembre de 1973, también durante un gobierno constitucional. Ese trágico hecho fue recordado por el Ejército en otro tuit, que se mantiene y no fue borrado.

"Son homenaje por los muertos en periodo democráticos. No hay reivindicación de nada. Los recordamos siempre", dijo a LA NACION una fuente militar con acceso al titular del fuerza.

La decisión de borrar los homenajes en Twitter generó una fuerte reacción negativa en ámbitos castrenses.

"No se cambia la historia, pero se falta el respeto a la cantidad de víctimas que dieron su vida por la patria. En este caso, el Ejército, en la figura de su jefe, el general Cejas", escribió en un tuit Silvia Ibarzábal, vicepresidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Víctimas del Terrorismo en la Argentina (Afavita). Es hija del coronel Jorge Roberto Ibarzábal, que era jefe del Grupo de Artillería Blindado I de Azul y fue secuestrado en noviembre de 1974 y asesinado tras diez meses de cautiverio en manos del ERP.

Ibarzábal recordó que "muchos de los atacantes al Comando de Sanidad están vivos, disfrutando de ver crecer a sus hijos y nietos, posibilidad que no tuvo el coronel Duarte Ardoy. Por ejemplo, Eduardo Anguita o el soldado entregador Hernán Invernizzi".

 

En ámbitos castrenses no fue bien recibida la explicación oficial de que los tuits "ofendían a ciudadanos argentinos".

"Es una argumentación absurda. Es lo mismo que no se pueda rendir homenaje a los caídos en Malvinas porque se pueden ofender los ingleses. Es negar la historia", transmitió con enojo un militar retirado.

"Lo que pasó es tremendo. No es que el general Cejas se cortó solo. La orden vino del Ministerio de Defensa", advirtió una fuente del ámbito castrense.

Explicó que siempre se rinden homenajes. Fueron prohibidos durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, por lo cual no se hacían públicos, pero sí las promociones -los propios compañeros de los caídos- lo hacían en forma privada, a través de una reunión en la intimidad, una misa o unas palabras. Luego, la práctica se fue abriendo y con el advenimiento de las redes sociales se fueron haciendo públicos.

El general Diego Suñer, jefe del Ejército durante los primeros dos años del gobierno de Mauricio Macri, inició los reconocimientos a las familias de los caídos y asistía a los homenajes en las propias unidades militares. Al encabezar un acto por los militares muertos en el ataque a la guarnición de Azul, que realizó el ERP en enero de 1974, dijo: "Es necesario menos memoria y más historia".

La misma práctica mantuvo el general Claudio Pasqualini, que entregó reconocimientos a familiares de los militares muertos en acciones de organizaciones guerrilleras durante la vigencia de gobiernos constitucionales. Uno de los casos más recordados es el intento de copamiento del regimiento Monte 29, de Formosa, en octubre de 1975, conocido como Operaciòn Primicia, que incluyó el secuestro de un vuelo de Aerolíneas Argentinas y provocó la muerte de doce militares, un policía y nueve miembros de Montoneros. Todos los años, la comunidad local recuerda el trágico ataque, con la presencia del gobernador y autoridades políticas.